The Walking Dead 1x06 - TS-19

Primer capítulo con el argumento original de Darabont y primer pufo de capítulo. Vaya montón de pestilente, moldeable y tibia mierda. Es que no hay por dónde cogerlo, de verdad. Ni ganas tenía de hacer un review de este último capítulo. Menudo bajón.

Ventanica de vídeo:



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El capítulo anterior nos dejó el chocho hecho Pepsicola con ese pepinísimo Deux ex Machina: apoteósico y sublime. Sin embargo, este último capítulo ha acabado con todas nuestras expectativas y ha convertido el final de esta temporada en un cacho insípido de carnaza audiovisual.


El tipo que vivía en los laboratorios del CDC acoge inmediatamente a los supervivientes, les de cobijo, comida, alcohol –como cosacos beben, los muy hijos de puta-, agua caliente y esperanza. Así transcurren, aproximadamente, los veinte primeros minutos del capítulo. Yo creo que los finales de temporada deben ser eléctricos, desveladores y con una gran importancia en el argumento de la serie, llamadme loco. Durante estos minutos, sólo destacar el intento de aclarar las cosas de un borrachísimo Shane con Lori, que le manda a tomar por culo de un arañazo.

Lo más desvelador del capítulo es la explicación que el Doctor Muelte da al grupo sobre el funcionamiento del virus. Realmente todos sabíamos más o menos lo que nos cuenta: el virus acaba con el infectado y reinicia una parte ínfima de su cerebro que le permite resucitar, convirtiéndolo en un trozo de carne con boca. Es importante –jejeje, realmente no sabría decirlo- también que el infectado con el que grabaron los efectos del virus es la mujer del Doctor y por eso está tan quemao y bebe más vino que un vagabundo de charco.

Y ahora llega el momento pufo, el momento que no apetece, aquello que se carga este último capítulo y quita a la serie la buena imagen que había ido consiguiendo. Este mega laboratorio funciona mediante bidones de combustible situados en el sótano y un divertido contador muestra el tiempo que queda para la “descontaminación”. Divertido eufemismo para “mandar todo a tomar por el culo”. Así es, amigos, nos presentan un laboratorio tochísimo y se lo cargan en ese mismo capítulo. Por cierto, divertidos guiños al contador mítico de Lost y al HAL (2001: Una Odisea en el Espacio).

Y nada, se vuelven todos locos e intentan escapar del laboratorio. El Doctor, no se por qué y realmente no se explica, chapa las puertas para que los supervivientes palmen con él en el laboratorio. Tras diversas amenazas por parte de Shane y Daryl, sólo después de que Rick el evangelizador le haga entrar en razón, consiguen que les abra las puertas y les deje escapar a la planta superior, donde, dando uso a la ya olvidada granada del primer capítulo, consiguen salir al exterior, montar a sus vehículos y viajar hacia un futuro incierto.

Es realmente hilarante que la negra –la lista- quiera quedarse en el laboratorio para morir, que a nadie le importe una mierda –excepto quizás un poco a T-Dog-, y se piren sin ella, y que, cuando lo dice Andrea, el viejete se quede con ella para hacerla entrar en razón y salvar su vida, mientras la negra se abraza con el doctor al que acaba de conocer y llora desconsoladamente en sus brazos antes de morir. Infumable, patética forma para cargarse un personaje de relleno que no sabían cómo quitarse de encima.

Mucho tendrán que trabajar los nuevos guionistas de Darabont –ha despedido a los que escribieron esta temporada- para que esta serie levante el vuelo. Una serie que ni pincha ni corta, que mola porque tiene un maquillaje y una fotografía excelentes, pero que se ha quedado sólo en “esa serie de zombies que echan por la FOX”.

Me tocará ponerme a ver la serie de Buscemi, que esta seguro que no me falla…