jueves, 16 de diciembre de 2010

Lenin en Palestina

En marzo de 1918, Lenin, jefe del recién instaurado Estado socialista soviético, firmaba el humillante armisticio de Brest-Litovsk con los imperios alemán y otomano renunciando a parte de los territorios ocupados por los germanos, a cambio de sacar a su país de la Primera Guerra Mundial. “Si tuviera un ejército equiparable al de los alemanes, no lo haría”, respondió así a las duras criticas de la oposición y también de sus compañeros, quienes le acusaron de traición a la patria. Ponía así fin al sufrimiento de millones de personas exhaustas por una guerra imperialista, y salvaba la primera república socialista de la historia, a pesar del alto coste.
Aquel revolucionario y diplomático, el genial estratega que adoptó una posición arriesgada y amarga basándose en un análisis científico, estaba convencido de que los alemanes perderían la guerra y aquel pacto se convertiría en papel mojado. Y así fue.
La contundente supremacía militar, política y diplomática de Israel por sí sola no explica la no construcción de un Estado palestino, desde que la ONU en 1947 respaldara su instauración. Hoy, con los nuevos asentamientos judíos, a los palestinos sólo les quedará una décima parte del territorio que iba a albergar su Estado. Hace una década sus dirigentes pedían el desmantelamiento de las colonias construidas en los territorios ocupados, y ahora, sólo su congelación.

Marcar reivindicaciones maximalistas mientras se pierde lo poco que les queda, o esperar a que desparezca Israel por su supuesta “inviabilidad”, cuando es Palestina la que desaparece del mapa, sólo prolonga el sufrimiento de sus gentes.
Por fin, Mahmoud Abbas plantea declarar unilateralmente el Estado palestino, aunque incomprensiblemente, para ello, pide permiso a EEUU, subestimando el impresionante apoyo que recibirá por parte de cientos de millones de personas y gran parte de los gobiernos del mundo. El plan de Washington no es otro que convertir Palestina en una provincia israelí.
Estamos ante una oportunidad histórica. Con la legalidad avalada por la resolución 181 de la ONU, con o sin el apoyo de las potencias, ¡que se proclame ya el Estado Palestino, aunque se tenga que izar su bandera en el único edificio en pie de sus tierras!


Nazanín Amirian, 21 de Novembre de 2010, Público

Un poquet de história i de cultura:


Palestina:
La región de Palestina fue parte de la Siria Otomana, bajo dominio del Imperio otomano hasta la I Guerra Mundial. En 1916, durante la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña conquistó la región. Al finalizar la guerra (1918), Francia e Inglaterra crearon las actuales fronteras de Siria, Líbano e Iraq sobre el territorio que había administrado el Imperio otomano. En la zona que quedó sin asignar, la Sociedad de Naciones creó el Mandato Británico de Palestina, hasta 1948, fecha en que la ONU acordó el reparto del Mandato Británico en dos Estados, uno judío y otro árabe, aproximadamente iguales en extensión. Tras la retirada británica, los judíos proclamaron la independencia del Estado de Israel en mayo de 1948, mientras que los árabes no aceptaron el reparto y declararon la guerra dos días después de la proclamación de la independencia del Estado judío. La guerra árabe-israelí de 1948, la primera de una serie de contiendas, culminó en un armisticio en 1949, que tuvo como consecuencia la ampliación del territorio de Israel y de Transjordania (que se anexionó Cisjordania). Por su parte, Egipto pasó a administrar la Franja de Gaza.

La reivindicación explícita de una nación palestina independiente data de principios del siglo XX, con la creación de periódicos y sociedades nacionalistas. Cabe destacar que, hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX, la reivindicación nacional palestina convivió en conflicto con la tendencia política que reivindicaba a Palestina como la parte sur de la Gran Siria. Esta corriente fue perdiendo su influencia, hasta desaparecer por completo con la fundación de la OLP, en 1964.

En 1967, Israel lanzó un ataque contra Egipto, Siria y Jordania (quienes desde hacía un tiempo realizaban movimientos de tropas al otro lado de la frontera con Israel) lo que dio lugar a la Guerra de los Seis Días. El resultado de dicha guerra fue que Israel tomó el control de Cisjordania y Gaza, conquistó los Altos del Golán, la península del Sinaí y se anexionó Jerusalén Este (incluida la Ciudad Vieja). Israel devolvió el Sinaí a Egipto tras los acuerdos de Camp David y se retiró unilateralmente de la Franja de Gaza en el verano de 2005.

A raíz de los Acuerdos de Oslo, en los Territorios Palestinos de la Franja de Gaza y Cisjordania se estableció la Autoridad Nacional Palestina, una administración autónoma palestina reconocida internacionalmente y que tiene el mandato de sentar las bases del futuro Estado palestino. El Gobierno de Israel está construyendo una barrera física, alegando motivos de seguridad, y cuyo trazado ha sufrido varias denuncias ante el Tribunal Internacional de La Haya, mientras que el Tribunal Supremo de Israel ha anulado diversas ampliaciones e introducido cambios en su trazado. La mayoría de las colonias y asentamientos judíos quedan del lado israelí del muro, lo que conduce a un trazado complicado con numerosos requiebros; como consecuencia el territorio palestino queda fragmentado y con numerosos controles israelíes entre las diversas secciones palestinas.

Brest-Litovsk:
La Paz de Brest-Litovsk es un tratado de paz firmado el 3 de marzo de 1918 en la ciudad bielorrusa de Brest-Litovsk (entonces bajo soberanía rusa, actual Brest) entre el Imperio Alemán, Bulgaria, el Imperio austrohúngaro, el Imperio otomano y la Rusia soviética. En el tratado, Rusia renunciaba a Finlandia, Polonia, Estonia, Livonia, Curlandia, Lituania, Ucrania y Besarabia, que a partir de entonces quedaron bajo el dominio y la explotación económica de los Imperios Centrales. Asimismo, entregó Ardahan, Kars y Batumi al Imperio otomano. Con este tratado, Alemania reforzó el frente occidental con efectivos orientales.[1]

La derrota alemana en la Primera Guerra Mundial anuló el tratado, y todas las pérdidas rusas habían sido recuperadas para 1940. Solamente Finlandia y Turquía, sucesora del Imperio otomano, conservaron los territorios recibidos en Brest-Litovsk.

2 comentarios:

  1. És una pena l'actitud de la Unió Europea y EEUU en el conflicte. Palestina acavarà desapareixent amb el permís de la burocracia europea y americana, i sino, ja ho voreu.

    PD: M'arrepentisc d'haver-me quedat torrat a la xarrada del Feslloch, no se tu, Guillem :___

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  2. pues si la veritat, però ere escollir entre la salut mental o la salut física, i al final la son ens va poder jajaxD

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