martes, 7 de septiembre de 2010

Independencia.

Sentirme anónimo. Acomodarme a una nueva casa, una nueva cama y un nuevo váter. Triplicar mi consumo de cerveza y café. No cenar por no querer cocinar. Lavarme los calzoncillos. Vivir de lo ganado en mi curro de mierda. Compartir piso con colegas. Encontrar El bar. Valorar la familia y la amistad en su ausencia. Añorar mi país escuchando a Sabina. Hacer maratones de pelis y videojuegos míticos. Alimentarme a base de comida precocinada o, quien sabe, descubrir mi amor por la gastronomía. Salir a tomar una cerveza y volver a casa de rodillas. Vestir mal y llevar esa ropa tres días consecutivos. Acabar con barba por pura vagancia. Ser un poco más Lebowski o un poco más Bukowski, me es indiferente. Asistir a festivales. Poner una diana detrás de la puerta. Conocer personajes singulares -aceptémoslo, somos a los personajes como miel a las abejas-. Ir por casa en gafas de sol, calcetines altos y gayumbos. Aprender inglés como coartada. Odiar a nuevos vecinos. Tocar la guitarra, escribir poesía, pintar cuadros o practicar papiroflexia, yo qué sé. Adoptar un gato loco que se dé golpes contra la pared a causa de tabardillos cerebrales, de esos que tienen los ojos legañosos y el pelo a trasquilones. Cambiar de rumbo, vaya.

Cada vez tengo más ganas de largarme de aquí, volverme loco y darle la vuelta a todo. Eugenio, Jaron, lo prometido es deuda.

3 comentarios:

  1. Si no llegara a hacerlo, sería lo que más me jodería en mi vida sin duda alguna.

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  2. Que t'en vas d'erasmus??

    Quin mal exemple donen els d'erasmus no? però després de llegir tot això la primera pregunta que m'ha vingut al cap a sigut la possibilitat d'un erasmus XDDD

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