¡Peliculón! Toy Story 3.

Ayer fui al cine a ver la última peli de Pixar, una peli en la que tenía depositadas muchas espectativas, Toy Story 3. No paré en toda de película apretar el culo para asumir el más que probable chasco -tal como se han cargado la saga de Shrek, no es nada extraño pensar esto-, pero la cagada nunca llegó y Pixar firmó la mejor trilogía de animación jamás filmada.



Realmente te sientes nostálgico; hace ¿catorce años? que se rodó la primera película, una peli inolvidable con personajes carismáticos, un guión inteligente, una trama eléctrica y un mensaje que marcó en millones de niños. Cinco años después llegó la segunda parte, que si bien no llega el nivel de la primera, es también uno de los grandes iconos del cine de animación -ojito, que Wall-E casi la lía el año pasado en los Oscars-.

Y allí estás tú, un niño grande, disfrutando más de la peli que tu sobrina de cuatro años, sonriendo como un bobalicón cuando los personajes, ya míticos, hacen su aparición. La trama de la peli se vuelve seria: Andy ya no es un niño y tiene que dejar la casa para ir a estudiar a la universidad, los juguetes se sienten abandonados y la búsqueda de su felicidad acaba llevándoles a una guardería regentada por un Malvado osito de peluche que, a lo Don Vito Corleone, ayudado por un bebé con el ojo pipa y un afeminado Ken, mueve los hilos de la trama. Impagable el papel del Sr. Patata, sin duda mi personaje favorito de la peli.

Subidones de adrenalina en algunas escenas, humor a carcajadas en otras y una inesperada carga dramática en otras -si llego a estar solo en casa lloro fijísimo- hacen de esta tercera entrega de Toy Story una obra inolvidable, el broche de oro para una de las mejores trilogías de la historia del cine.

Os recomiendo a todos que veáis esta peli si os gustaron las anteriores, porque no os defraudará. Sin duda la película que más he disfrutado en una sala de cine desde que tengo memoria.