martes, 13 de julio de 2010

El dios del fútbol.

Lo ha vuelto a hacer, Andresito Iniesta lo ha vuelto a hacer. Otra vez se ha convertido en el dios del fútbol y ha impartido justicia, otra vez se ha premiado el buen juego y no la racanería y el juego sucio.

Todos los aficionados al fútbol hemos tenido que aguntar muchas veces resultados injustos en partidos que merecíamos ganar. Y es que en el fútbol sólo hay una cosa peor que perder: perder cuando merecías ganar.

Sin embargo, la injusticia a veces desaparece y se producen momentos especiales. Y qué mejor protagonista para estos momentos especiales que una persona más especial aún, Andrés Iniesta. Una persona que es la antítesis de lo que se espera de un icono del fútbol, la antítesis de los CR9, un chico introvertido y vergonzoso nacido en un pueblo de Albacete.

Corría el 6 de Mayo de 2009 y el Barça disputaba la vuelta de la semifinal de la Champions League en Stamford Brigde. Los de Mourinho desarrollaron un juego rácano para mantener el resultado positivo que lograron en Camp Barça y parecía que el sueño azulgrana iba a terminar. Y entonces pasó esto:



Este verano millones de españoles confiaron en que su selección consiguiera por fin volver a casa con la Copa Mundo. Esta selección, jugando siempre de una forma espectacular, consiguió por fin llegar a su primera final del Mundial. Pero allí todo se complicó, sus rivales, los Holandeses, conscientes de que no podían jugar contra España de tú a tú plantearon un partido bronco para evitar que la Roja desarrollara su juego y consiguieron mantener el resultado hasta la segunda parte de la prórroga. Y cuando todos pensábamos que todo iba a decidirse en la lotería de los penaltis ocurrió esto:



¡¡Campeones del Mundo!!

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