The Walking Dead.

Leyendo la última entrada de Euge me he acordado de un trailer que me hizo explotar la próstata del gusto. The Walking Dead es una famosa serie de comics que trata sobre la apocalipsis zombie. Un poli, Rick, despierta del coma para encontrarse un mundo arrasado por los zombies. Tras comprobar que su familia ha desaparecido, emprende su búsqueda. Síiiiiii, típico del copón, lo sé.


Ahora la cadena de televisión estadounidense AMC ha tirado la casa por la ventana para llevar a la pequeña pantalla esta serie de cómics. Atentos al dato, la serie será doblada en 33 idiomas, emitida en 120 países y distribuída a más de 250 millones de hogares, ahí es nada. Si a esto le añadimos que están metidos en el proyecto Frank Daramont -La milla verde, Cadena perpetua- y Gane Anne Hurd -Terminator, Alien, Armageddon- tenemos todo lo que hace falta para que una serie triunfe. ¿Fecha de lanzamiento? La tenemos encima: 31 de Octubre (5 de Noviembre en España).

Buah, me pone cerdísimo. Me encantan los zombies tontos y lentos como estos, a los que tumban con palos de golf, palos de cricket o cosas así; nada de zombies que corran, que disparen, que hablen, que piensen. A mí me gustan los trozos de carne con boca, es posible que no den tanto miedo y que no sean tan terribles como los súper-zombies de antes, pero es que soy de los que piensan que lo realmente terrorífico de las pelis/series/comics/libros/blao de zombies son los instintos más oscuros del ser humano -léase traiciones, paranoia, canibalismo- en situaciones límite como un mundo apocaliptico regido por los tontacos come encéfalos.

Ay, voy a parar, que me pongo tontorrón sólo de pensarlo.