El Antifútbol.

Antifútbol es una de esas enriquecedoras expresiones que crean las Cavernas Mediáticas -esta es otra de ellas- de nuestra prensa deportiva; muchas de ellas pasarán a la posteridad: cagómetro, villarato, chorreo... Voy a hablar del antifútbol debido a la derrota que ha sufrido nuestra querida selección para desgracia de todos sus seguidores -y para dar pie al despliegue del sempiterno odio hacia la felicidad ajena de Juanito-.

¿Qué es el antifútbol? El Antifútbol es una táctica usada en el fútbol cuyo único fin es impedir a toda costa que el balón del rival entre en tu portería, sin preocuparte en ningún momento de intentar meterlo en la portería rival. Como táctica es totalmente lícita, no voy a ser yo quien diga lo contrario, pero también es una táctica gris, monótona y aburrida. Pero como en todos los ámbitos, en el fútbol da igual lo bonito que sea tu juego, lo que importa es el resultado; y es que el antifútbol es una táctica muy efectiva. ¿Quién no recuerda la pasada semifinal de la Champions donde Mourinho alineó un 10-0-0 con Eto'o y Milito de laterales para hacer frente al Barça? El antifútbol volvió a salir triunfante para alegría de italianos y merengones. Seguramente muchos de esos merengones han visto hoy la otra cara de la moneda, han visto cómo los Suizos han recurrido antifútbol para vencer a su todopoderosa selección española.

¿Qué ha hecho que el antifútbol suizo haya superado al fútbol español? El primer factor que ha condicionado esta derrota ha sido el doble pivote defensivo que Del Bosque viene alineando últimamente, un doble pivote que, sí, da solidez en defensa y aumenta la posesión del balón, pero que deja descolgada la delantera del medio del campo -¿alguien ha visto hoy a Villa?. Es necesario tener a Torres en la delantera, porque es rápido sin el balón, porque sabe desmarcarse, porque genera ventaja en las individualidades y, sobre todo, porque arrastra los defensas creando espacios que Villa aprovecha para desmarcarse y que Xavi, Iniesta y Silva ven para meter el último pase. Si sólo tenemos un delantero arriba y está siempre cubierto da igual que tengamos mil pasadores, porque el balón no llegará nunca. El segundo factor es la suerte, como siempre; si Xabi hubiera metido ese gol o si en la jugada del gol suizo los rebotes no hubieran sido los mismos, el partido hubiera pintado de forma distinta. El tercer factor es la aureola sacra con la que la prensa deportiva ha envuelto a los jugadores de la roja -de todas formas, tampoco van a tardar mucho en criticarlos. No voy a entrar en cuestiones arbitrales, porque es lo de siempre: hubiera podido pitar tal, hubiera podido sacar tarjeta a Pascual, etc.

Es por eso que pienso que en el próximo partido hemos de meter toda la carne en el asador, alineando un 4-4-2 con Torres y Villa arriba. El primer gol es lo que condiciona el partido y ese gol ha de ser siempre nuestro, no vaya a ser que nuestro rival se encierre atrás con un gol y con el tiempo a favor -hoy nos hemos dado cuenta que los suizos realmente entienden de relojes-. Confío mucho en esta selección, pero hemos de darnos cuenta de que no somos invencibles si el antifútbol se alía con la mala suerte.

Voy a llorar, nos vemos.