Reflexionando.

Ayer por la noche disfruté de uno de esos momentos chachi en que estás acostado en la cama, sin sueño, con un silencio sepulcral y pensando. Un familiar lejano al que no conozco apenas se murió porque se le paró el corazón: muerte súbita. Y estuve pensando que eso nos puede pasar a cualquiera. Creo que el problema es que sabemos que vamos a morir pero no nos lo creemos. Igual me muero mañana. O al otro. O igual te mueres tú. Llegué a la conclusión de que es más jodido que se muera alguien a quien quieres que morirte tú. Total, si te mueres no te enteras de nada, dejas de existir y basta. ¿Estás preparado para morir?, ¿estás preparado para la muerte de alguien a quién quieres?

Joder, estuve pensando un buen rato. Los budistas creen que una persona muere todos los días cuando duerme y que cada mañana, cuando esa persona se despierta, vuelve a nacer. En realidad es un planteamiento de puta madre. Si el objetivo de la vida es ser feliz, ser feliz ha de ser el objetivo de cada día de tu vida. Sería interesante demostrar cada día a la gente que quieres que la quieres. Sería una putada morir y no decir a alguien a quien quieres que le quieres.

Hemos de demostrar a la gente que queremos que la queremos. Creo que sí. Siempre he pensado que eso del Carpe Diem se decía para quedar bien, pero tiene su lógica.

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Voy a adjuntar un vídeo de una canción que me da por escuchar a veces, de esas canciones en que ves que vienen de dentro. No tiene nada que ver con lo de arriba, pero me importa una mierda.